En un país donde conseguir una buena chamba es más difícil que sacarse la Tinka; donde los puestos de trabajo son asignados mediante la "dedocracia" y el tarjetazo, existe una opción fácil, huevera y súper rentable: el ser congresista, o si prefieres, Padre de la Patria.
No es necesario que compres el periódico cada domingo para ver avisos de trabajos, ni que envíes como robot decenas de veces tu currículo (actualizado, foto digital y referencias connotadas). Tampoco que estés de practicante toda una vida; ni que te paguen como practicante aun ya no siéndolo. Ni le echarás una mirada al blog Busco Chamba de El Comercio para aliviar tus penas y no sentirte el único salado sin trabajo.
Olvídate de todo esto. Mucho ojo: si eres peruano- así no te guste- y tienes 25 años de edad, estás apto para el cargo congresal, jurando por Dios y la Patria cumplir fielmente las funciones establecidas.
Para ello, es indispensable que te portes bien durante la campaña; tener buenos modales (si es posible lee Ese dedo meñique de Frida Holler); fingir que vives como cualquier hijo del vecino y que trabajarás abnegadamente por los intereses… del Perú.
Ten en cuenta, eso sí, que el déficit será ser detestado por la mayoría, o, en el mejor de los escenarios, dudarán de ti hasta por gusto, pues, el campo laboral- o sea, el Congreso- se ha "maleado" tremendamente: Solo el 9% de la población los aprueba. Uno- que ya no está- fue acusado de violación. Otro, que felizmente tampoco está, repartía patadas y puñetes a policías y fiscales. También no falta el que va a roncar. O un congresista que trabaja con fantasmas.
Ni qué decir del que acribilla a un perro, o el que, de tanto comer pollos, pasó de Otorongo a plumífero.
Las puertas están abiertas, ¡qué esperas! A lo mucho, si te pillan, te derivarán a una Comisión de Ética- tan fantasma como algún empleado de por ahí-. Y si el roche es de Padre y Señor Mío, otro padre- el de la Patria, más poderoso aún, te absolverá de polvo y paja.
No es necesario que compres el periódico cada domingo para ver avisos de trabajos, ni que envíes como robot decenas de veces tu currículo (actualizado, foto digital y referencias connotadas). Tampoco que estés de practicante toda una vida; ni que te paguen como practicante aun ya no siéndolo. Ni le echarás una mirada al blog Busco Chamba de El Comercio para aliviar tus penas y no sentirte el único salado sin trabajo.
Olvídate de todo esto. Mucho ojo: si eres peruano- así no te guste- y tienes 25 años de edad, estás apto para el cargo congresal, jurando por Dios y la Patria cumplir fielmente las funciones establecidas.
Para ello, es indispensable que te portes bien durante la campaña; tener buenos modales (si es posible lee Ese dedo meñique de Frida Holler); fingir que vives como cualquier hijo del vecino y que trabajarás abnegadamente por los intereses… del Perú.
Ten en cuenta, eso sí, que el déficit será ser detestado por la mayoría, o, en el mejor de los escenarios, dudarán de ti hasta por gusto, pues, el campo laboral- o sea, el Congreso- se ha "maleado" tremendamente: Solo el 9% de la población los aprueba. Uno- que ya no está- fue acusado de violación. Otro, que felizmente tampoco está, repartía patadas y puñetes a policías y fiscales. También no falta el que va a roncar. O un congresista que trabaja con fantasmas.
Ni qué decir del que acribilla a un perro, o el que, de tanto comer pollos, pasó de Otorongo a plumífero.
Las puertas están abiertas, ¡qué esperas! A lo mucho, si te pillan, te derivarán a una Comisión de Ética- tan fantasma como algún empleado de por ahí-. Y si el roche es de Padre y Señor Mío, otro padre- el de la Patria, más poderoso aún, te absolverá de polvo y paja.