martes, 15 de abril de 2008

Ya no está chino de risa

Nunca pensé sentir lástima por el 'chino'. O mejor dicho por el 'japonés'. Sentado ahí, frente al Tribunal probo que lo juzga, con los ojos más chinos, asfixiado por el nudo elegantón de su corbata y el calvario que padece debido a los dolores en sus pies hinchados.

Y no es que no me acuerde de todas las barbaridades que pasaron en sus gobiernos. Ni de los atentados contra las libertades personales y contra todo ese rollo recontra conocido y también recontra vulnerado, o sea, el tema de los Derechos Humanos.

Tampoco no vayan a creer que me he olvidado la manera cómo desfalcó al país, económica y moralmente. Asimismo, las maniobras oscuras que utilizó para reelegirse las veces que se le venía en gana, devorando el poder y usurpando las insituticiones del Estado.

Y ahora, el ex presidente hace espíritu de cuerpo; no supo, ni sabe ni sabrá algo. Montesinos fue un error estadístico que se le cruzó en el camino. Las matanzas de Barrios Altos y la Cantuta - y cuántas otras- fueron por obra y gracia- o desgracia- de un puñado de militares locos que no le hicieron caso y empezaron a disparar y matar a mansalva.

Y los amigos que se codeaban de tú a tú con él; o que recibieron 'favores' durante la estadía en el poder de Alberto Fujimori, no asoman ni las narices por la Dirección de Operaciones Especiales (Diroes)... ¡ Qué ingratos amigos! ¿ Irán algún día don Genaro Delgado Parker o la 'abogada de los pobres'?, por citar dos ejemplos.

Está más viejo, más canoso, pero con el mismo peinado engomado que lo caracteriza. Solo atina a apuntar, apuntar y aputar... ¡ Sabe Dios qué!
Cogea, bosteza y se duerme. Y quizás su 'Soy inocente' haya sido el último grito de libertad que pueda ensayar.









viernes, 11 de abril de 2008

Disculpen, es mi opinión


En el mismo día, periódico y portada (de Perú21), se muestran dos noticias paradójicas pero con un personaje en común: la Universidad de San Martín de Porres (USMP).

Con un excelente tino, el Club Deportivo San Martín, perteneciente a la universidad, separó definitivamente al jugador Mario Leguizamón por soltar una serie de improperios machistas e intolerantes hacia una árbitra luego de un partido de fútbol, dando así, cátedra de defensa al principio de autoridad, y, sobretodo, a la mujer peruana.

Más arriba, en la misma cara del diario, se informa que la USMP (Facultad de Ciencias de la Comunicación, Turismo y Psicología) pretende separar de la institución a una profesora, Esther Vargas, por la simple razón de ser lesbiana, utilizando el mismo rigor intolerante que practicó el jugador de fútbol y por el que se le expulsó del Club 'santo'.

No voy a enchufar el ventilador y 'echar barro' a mi Universidad- no es mi estilo- Sin embargo, tampoco puedo estar ajeno a esta situación, pues soy parte de la Facultad; fui, enbuenahora, alumno de Esther Vargas, y además, fue mi blog -presumiblemente- que hizo que el tema estalle de esta manera, perjudicando a mi ex profesora y excelente periodista.

En la entrevista que me concedió la profesora Vargas, nunca hizo apología de su opción sexual, ni muchos menos fue el tema central de la misma. Tampoco lo hizo en las aulas cuando me enseñó. Solo le hice una pregunta pícara, pero elegante sobre el tema, que tenía que ver con unas declaraciones de un Congresista de la República, quien dijo que los" homosexuales pueden rehabilitarse". Luego, nada más. Ahí murió el tema, sin repreguntas, porque para eso no la había buscado.

El resto de la entrevista la pueden ver en este blog, donde habla de su experiencia en Perú21, como profesora, y, además, leer las 'flores' que le lanza a la San Martín.

No sé si la separación de la profesora se lleve a cabo. Pero el solo intento de ello es imperdonable. Y más aun, cuando es por muestras de intolerancias, que rozan con la discriminación asolapada, por parte de algunas autoridades, o, como le hicieron saber a la profesora, por algunos correos anónimos de papás preocupados porque sus hijos tiene a una profesora homosexual.

Se les pasó la mano, definitivamente. Si le pidieron que se vaya de la 'U' es para evitar escándalos, según narra en su informe. Pero ¡qué peor escándalo que esto!

Aunque después se hayan rectificado, no es suficente. Qué saludable sería leer las disculpas públicas por parte de la Universidad de San Martín de Porres a la profesora y periodista en la misma página Nº15 de Perú21, donde se hizo público el tema, y dar por zanjado este tema de intolerancia y pisoteo a los derechos de igualdad de las personas.

Porque sería catastrófico que una profesora con la experiencia como la de Esther Vargas se vaya de la universidad, y peor aun, por estas actitudes descabelladas. Además, se sentaría un precendete nefasto, cuyo autor intelectual sería la San Martín, tirando por la ventana muchas cosas positivas y encomiables que ha ido construyendo a lo largo.

La discriminación e intolerancia no admiten medias tintas ni medias plumas.
Lógicamente, las muestras de solidaridad no se hicieron esperar. Y desde acá, hago votos- no de castidad- para que todo llegue a buen puerto y no exponer a la Universidad (autoridades, profesores y alumnos) al escarnio público, ni mucho menos, a nuestra profesora y columnista, Esther Vargas, a que la tilden por aspectos de su vida privada.

Roguemos a San Martincito...



Entrevista a Esther Vargas: http://chaujaime.blogspot.com/2008/03/la-gente-necesitaba-que-le-hablen-un.html

martes, 8 de abril de 2008

La boda del príncipe cholo


Es un ícono de nuestro intermitente nacionalismo a la peruana. Tan querido como la Mulanovich, Machupicchu o el cebiche. Nuestro gran tenor- sí, peruano- Juan Diego Flórez, se casó el sábado en la catedral de Lima, frente al mismísimo Cipriani y con la presencia galardonante de Alan García.

Para aquellas mujeres soñadoras y que babean con la idea de casarse de blanco, la boda entre Juan Diego y la blanquísima Julia Trappe, pareció sacada de los mejores cuentos de hadas, donde la novia baja de un Cadillac, modelo Fleet Word de los años 50, de color perla , adornado de rosas y hortensias blancas con listones blancos, quien ingresó de la mano de su padre. El vestido perfecto, con adornos finísimos. El novio, con un frac impecable y una corbata de color plata que habrá costado, igualmente, un huevo de plata.

Además, la ceremonía estuvo amenizada bajo las notas de la orquesta de la Universidad de Lima; invitados de primera y un montón de ostenticidades que solo él se puede dar.

Hasta ahí todo bien. La boda perfecta, los novios perfectos y la historia de amor oleada y sacramentada con dos anillos que sabe Dios cuánto costaron... ¡ Su plata!

Sin embargo, como digno picón, seguramente, cabe preguntarse ¿ por qué cualquier hijo del vecino no puede casarse en la Catedral, y más aun, tener el lujo de que los casen el Cardenal? ¿ Por qué, como cualquier ceremonia religiosa que es filmada por un videoaficionado, o en el mejor de los casos, por un filmador que cobrará 150 soles por su trabajo, por qué, me pregunto, Juan Diego tuvo la suerte de que canal 7, el canal de todos los peruanos - un poquito más del tenor- cubrió toda la ceremonia como si se tratase de un hecho político o social relevantes, con la plata de todos nosotros? ¿ Acaso, por ejemplo, no sería más importante transmitir el juicio a Fujimori? ¿Habrá sido el regalo de bodas de la pareja presidencial, y de pasadita, hacer olvidar que el aceite está por las nubes y que Del Castillo tiene roche en RBC?

Además de otras gollerías, como disponer de la Polícia, de miembros de las FF.AA, o salir a dar un "balconazo" en la Municipalidad de Lima, mismos príncipes de España.

No cabe duda del gran fervor popular que goza Juan Dieguito. Basta ver a esa multitud cercada en la Plaza de Armas- los invitados no invitados- y que ni siquiera les pasaron, con tremendo calor, una Inca Kolita mediana y al tiempo.

Por lo demás, el ímpetu, los nervios y pensar en la Luna de Miel, hizo, me imagino, en Juan Diego Flórez, que se le aumente la bilirrubina y hacer toda esa cursillería y huachafería que hubieran pasado piola si, al menos, se ponía a cantar y deleitaba con su exquisito vozarrón, al mejor estilo del mejor Juan Diego.